Parece un acertijo. Es como si quisiera resolverlo muchas veces pero siempre llegara al mismo sitio. Como si cuando la primera opción de respuesta no fuera válida hubiera que recurrir a la segunda para seguir intentándolo. Las posibilidades se mezclan, se agitan, se evaporan. Y luego se separan. Se vuelven a juntar. Cuando amanece borroso por un sitio, todo despejado en el otro...siempre. Y viceversa.
Así son las últimas semanas de mi vida. Las contradicciones son solo un ante puesto a todo lo que de verdad aguarda cada día. No es cuestión de nuevos problemas, sino de tener amontonados en un rincón imaginario siempre los mismos. No se trata de terceras personas, de hecho añoro las historias cansinas adolescentes donde tan solo una tercera persona entromete sus zarpas en la vida de otros. No hablo de eso. Me refiero a libros con tan solo dos hojas, historias con dos finales. Biposibilidad, biprobabilidad. Mundos con dos sitios, con dos lugares concretos. La disparidad que supone sucederte en un lugar donde se encuentran cientos de personas y saber que no importa, porque al final, cuando ya te hayas marchado, tan solo te quedarán en mente dos de ellas, de todas las muchas que allí respiraban.
Porque realmente no importa el camino que escojas, la piedra que muevas, el paso que des. No te molestes en actuar, en pensar, hacer o cambiar. Las cosas ya están predichas, y los errores cometidos. Limítate a soñar, reír, disfrutar. Porque la vida sigue su curso y ese devenir aleatorio es ahora un transcurso imparable hacia un futuro que, de momento, parece inamovible.
Hola, ¿Alguien me ha visto? No me encuentro...
Sol
No hay comentarios:
Publicar un comentario