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"La relación más excitante, retadora e importante de todas es la que tienes contigo misma. Y si encuentras a alguien que ame el tú que tú quieres... eso es increíble" Estudiante. Escritora aficionada y fanática de la actualidad.

viernes, 26 de agosto de 2011

Sinceridad: En el papel de él. En la mente de ella


Cuando despertó aquella mañana, todo parecía más sencillo de lo que resultó ser. Ella tenía claro que cuando algo empieza ha de asentarse sobre un terreno, sobre unas bases. Si las bases son sólidas, si está bien construido, nada podrá echarlo abajo. Podría llover o granizar, pero todo seguirá en orden, en el mismo lugar donde lo dejó la última vez. Podrá pasar un huracán y desordenar sus ideas o que un temblor lo pusiese todo patas arriba y haber intentado ponerlos a ambos también boca abajo, pero ella sabía que seguirían ahí. Con un par de grietas más, nada por lo que preocuparse. Porque siempre ha sabido que un día malo lo tiene cualquiera, y que cuando decides perdonar, lo haces con todas tus bazas.
Sin embargo, aquel día resultó diferente. Cuando decidió comenzar, elaboró su lista de bases para asentar sobre el terreno, y cuando las entregó, él cayó en la cuenta de lo difícil que sería cumplir aquella sola palabra escrita en su papel y en la mente de ella. Porque jamás se trasladó a otros lugares, siempre quedó ahí... en su nota guardada en cajones. Y en el fondo del corazón de ella.
Cuando decidí asentarme sobre el terreno aún no lo sabía: Si sientes que las bases no soportan el primer temblor, entonces agárrate. Fuerte, muy fuerte. Agárrate y respira.
A mi hermana Cris, que la quiero con todo mi corazón. Porque de aquí en adelante todos los temblores que queden siempre los pasaremos juntas. Te quiero y siempre lo haré, pase lo que pase. Gracias por estar conmigo.

Sol



lunes, 15 de agosto de 2011

El tiempo no perdona

Todo lo que empieza tiene un final”, así comenzaba un artículo del periódico para despedirlo. Un recorrido donde lo que se veía y lo que se sentía se entremezclan, donde el final era una invitación a un nuevo principio, quizá más interior aún. Un paseo por lo que uno es, ha vivido, siente y ha sentido, una mirada nostálgica, un arañar esa capa de costra que la rutina deja… También, un levantar la mirada hacia el horizonte, enderezar el cuerpo y decirse “aquí estoy, ésta soy yo, ese es el camino a seguir”… pero, en la mayoría de los casos, el camino a seguir es un cruce de varios de ellos, y no siempre, es fácil decidir cuál es el más adecuado. Además no cabe la posibilidad de regresar sobre nuestros pasos.

El tiempo va dejando su huella, no sólo en la piel. También en el alma. El ímpetu ha dado paso al conformismo, a preferir “lo malo conocido, que lo bueno por conocer”,…
Algunas fechas fomentan pensamientos tipo balance, nos da por pensar en lo que somos (tenemos), y compararlo con lo que un día soñamos ser (tener), e incluso hacerlo con un futuro entre corto y medio plazo. A menudo ese cálculo es devastador, porque nos damos cuenta de lo que nos falta, de todo lo que hemos ido dejando por el camino, del valor relativo de las cosas… ¡hemos conseguido salvar bastantes cosas en este naufragio del paso del tiempo! Pero no siempre bastantes es sinónimo de suficientes.

Hoy esteno mi blog, recién llegada y sin deshacer maletas. Necesitaba un pequeño desahogo emocional...
Seguiré escribiendo, Sol.