Datos personales

Mi foto
"La relación más excitante, retadora e importante de todas es la que tienes contigo misma. Y si encuentras a alguien que ame el tú que tú quieres... eso es increíble" Estudiante. Escritora aficionada y fanática de la actualidad.

miércoles, 25 de enero de 2012

Querido Instituto...



QUERIDO INSTITUTO…

Aquel día entré al instituto cuando aún  no había terminado de amanecer, a primera hora, como algo excepcional. No es que no acostumbrara a hacerlo, sino que durante todos estos años resultó algo difícil despertarse siempre, como algunos ya saben. Mi puntualidad se manifestó justo en el momento en que entré, cuando sonó aquella música tan agradable que tenemos por timbre. Y me dispuse a subir a clase. Segundo piso. Esas clases están reservadas para los alumnos de último curso y habilitadas con perfectos instrumentos tecnológicos que, a pesar del despiste de muchos al dejarlos sin cerrar, todavía conservamos. En los pasillos se respiraba un ambiente de agobios, prisas, exámenes. Y en las clases, los horarios narraban la cantidad de cosas que quedaban por hacer, y terminaban por concienciarnos para la recta final. El mes de Enero acababa, y no quedaría mucho para el resto de curso.

Fue en ese momento cuando me topé con un pensamiento que revolvió mi interior. El hecho de terminar me hacía ilusión. Comenzaríamos nuevas carreras. Seríamos aprendices en nuevos trabajos y pioneros en nuevos estudios; y la universidad se convertiría en una meta atractiva. Pero de la misma manera que comenzaría una nueva etapa, se cerraría la puerta anterior, y con ella el instituto. No lo podía creer. Habían transcurrido 6 años desde que aquella niña inocente aterrizó con ciertas turbulencias y terminó de crecer entre las paredes de la educación y del cariño. Cada pasillo que parecía interminable terminó de recorrerlo, al igual que terminó de recorrer sus ilusiones. Alcanzó siempre la máxima nota que se propuso, de la misma manera en que se fue haciendo con su lista de retos. Deambuló clase por clase, avanzando de curso, al mismo tiempo que avanzó en madurez, comprensión y respeto. Y de vez en cuando visitó algún que otro despacho; momentos que, a día de hoy, recuerda como una buena oportunidad de tomar ejemplo y seguir aprendiendo.

La emoción salpicó mis antebrazos y me encogió el corazón. Por un momento quise camuflarme entre toda esa multitud de cursos inferiores y saltar las barreras temporales como tantas veces hice con los bancos en la clase de gimnasia. O quedarme durante muchos patios más en la biblioteca, haciendo cuentas de cómo había formado durante todo este tiempo. Jamás hubiera tenido los suficientes recreos para hacerlo. Se acercaba el momento de despedirse… Y no sabía de qué manera posponerlo.

Es por esa razón por la que decidí  proyectarme entre estas líneas. Me gustaría dar las gracias a todos aquellos profesores que algún día colaboraron en este viaje hacia nuestro futuro. A Gloria, Rosa Lledó, Pilar Suárez, José Carlos, Encarna, Santi Tello, Amelia, Carmina, Elena, Enric Mut; que encarrilasteis  el vagón por las vías, y nos aportasteis el empujón y la energía necesaria para seguir creciendo. Esa energía la prolongasteis Joaquín, Vicky Torres, Elena Pingarrón, Lino, Fermín; Nos hacíamos mayores, y un poco insoportables. Comenzábamos a tropezar, no solo con nuestros exámenes, también con nuestro carácter. Sin cada palabra o corrección vuestra hubiera sido imposible continuar. Hubiera sido imposible crecer y llegar hasta el momento en que cuarto cerró la niñez dando paso a una adolescencia que floreció por momentos.

Pero tanto primero de bachiller como este año, serán los cursos que marquen el resto de nuestra vida. En ellos hemos aprendido lo más importante: dejar de mirar para empezar a ver. Y sobre todo, hemos aprendido a dejar de oír para empezar a escuchar. Gracias a Fina y a Merche; por enseñarnos en Filosofía a entender varios autores (que no es fácil) y sobre todo por enseñarnos a aprender la lógica de la vida. A Manolo; por inculcarnos que con esfuerzo y constancia podremos saltar cualquier barrera que nos propongamos, arrimándonos un poco más hacia la meta. A Gloria; por enseñarnos que, al igual que sus clases, el valenciano también es una bonita forma de vida. A Lola y a Tomás; por ayudarnos y animarnos con el Inglés, y por abrir las fronteras de nuestra vida. A Ginés; por enseñarnos que los templos con sus columnas, claustros con arquerías e iglesias con sus bóvedas y terceletes están para mirarlos y estudiarlos, y que no podemos vivir la vida sin observarla y aprender de ella. A Carmen Aura, Ana Asensio y Salvador; por culturizarnos, enseñándonos también a hacer una lectura comprensiva de nuestra vida. A Javier; por dedicarnos siempre todo su tiempo, y si de vez en cuando nos portábamos bien, lanzarnos algún caramelo; por hacernos saber en dos años todo lo que ocurrió en el mundo, robándonos siempre dos minutos de patio; y sobre todo, y como dice él, por ayudarnos a conocer el pasado para poder seguir siempre comprendiendo el futuro. A Luís, por informarnos, y hacernos saber todo lo que de verdad ocurre. Por cada clase rentabilizada en formarnos, en educarnos. Por motivarnos a Investigar caminos, Desarrollar pensamientos, e innovar sueños. Por enseñarnos a sumar valores y multiplicar acciones, y sobre todo por hacernos crecer siempre sabiendo que ningún sueño es Limitado. Por último, me gustaría darle las gracias a la persona que controlaba un poco el caos cuando yo me adentré en este mundo: Ángel. Él nos enseñó a sumar emociones, alegrías y momentos; y a restar preocupaciones. Por hacernos saber que el límite de nuestras metas sería siempre infinito. Por cada una de esas clases invertidas en historia, fútbol o cuentos para no dormir. Por hacernos reír, y por consolarnos al vernos llorar. Por preguntarnos siempre si estamos conformes. Por velar por que cada alumno estuviera siempre en su sitio… “A ver, ¿No tenéis clase?” Pero sobretodo, por inculcarnos que siempre nos acercaremos a nuestros propósitos… TANTO COMO QUERAMOS

Y así, gracias a todos los que nos disteis clase como a los que no. Tanto a los que estáis como a los que en su día ya marcharon. Porque vosotros nos habéis hecho madurar como personas y sobre todo porque aportasteis día a día el escalón que nos ha hecho poder seguir subiendo siempre hasta la última clase, HASTA EL ÚLTIMO SUEÑO.

Porque el día que me marche seguirá resonando siempre en mi corazón aquella melodía agradable que marcaba el fin entre clase y clase y que un día sellará definitivamente el fin de una etapa… De una vida.
2006-2012. Sol.