Datos personales

Mi foto
"La relación más excitante, retadora e importante de todas es la que tienes contigo misma. Y si encuentras a alguien que ame el tú que tú quieres... eso es increíble" Estudiante. Escritora aficionada y fanática de la actualidad.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Biprobabilidades. Biposibilidades.

Parece un acertijo. Es como si quisiera resolverlo muchas veces pero siempre llegara al mismo sitio. Como si cuando la primera opción de respuesta no fuera válida hubiera que recurrir a la segunda para seguir intentándolo. Las posibilidades se mezclan, se agitan, se evaporan. Y luego se separan. Se vuelven a juntar. Cuando amanece borroso por un sitio, todo despejado en el otro...siempre. Y viceversa.

Así son las últimas semanas de mi vida. Las contradicciones son solo un ante puesto a todo lo que de verdad aguarda cada día. No es cuestión de nuevos problemas, sino de tener amontonados en un rincón imaginario siempre los mismos. No se trata de terceras personas, de hecho añoro las historias cansinas adolescentes donde tan solo una tercera persona entromete sus zarpas en la vida de otros. No hablo de eso. Me refiero a libros con tan solo dos hojas, historias con dos finales. Biposibilidad, biprobabilidad. Mundos con dos sitios, con dos lugares concretos. La disparidad que supone sucederte en un lugar donde se encuentran cientos de personas y saber que no importa, porque al final, cuando ya te hayas marchado, tan solo te quedarán en mente dos de ellas, de todas las muchas que allí respiraban.

Porque realmente no importa el camino que escojas, la piedra que muevas, el paso que des.  No te molestes en actuar, en pensar, hacer o cambiar. Las cosas ya están predichas, y los errores cometidos. Limítate a soñar, reír, disfrutar. Porque la vida sigue su curso y ese devenir aleatorio es ahora un transcurso imparable hacia un futuro que, de momento, parece inamovible.

Hola, ¿Alguien me ha visto? No me encuentro...

Sol

martes, 27 de septiembre de 2011

Pasado continuo

Se creía poder controlarlo todo. Habían sucedido tan solo un par de meses desde aquel entonces, y, con toda ingenuidad, ya creyó haberlo enterrado. Ella nunca callaba, no tenía reparo alguno. Si algún día le volvieran a preguntar contestaría con la misma simplicidad con que supo reconocer lo que la vida le iba anteponiendo. Se aferraría a los pensamientos más afines para intentar evitar cualquier tipo de recuerdo que el pasado le quisiera hacer revivir. Desde ese día, fue capaz de taparse los ojos  y volver a escuchar la conciencia intranquila de quien nunca consiguió su propósito.

Esas semanas bastaban para haber caído en la cuenta de que no resultaba tan difícil escapar de aquella vida idealizada. Tan solo había que mirar hacia la puerta, abrirla, y estar dispuesta a salir. Era cuestión de desparpajo, humor. Se trataba de darse cuenta que la felicidad de alrededor le ganaba  un pulso emocional al pasado. Aquellos recuerdos ambiguos, la cantidad de momentos evaporados, y palabras que jamás se pronunciaron habían quedado por fin sellados en algún tipo de lugar que jamás quiso pronunciar. De esta manera, cuando consiguió tragar saliva y fue capaz de agarrar los cimientos de su vida… pasó. Y todo al fin terminó.

Desde entonces, día tras día, uno tras otro te vuelves a suceder de entre los estucados de mis paredes con otro rostro y otro nombre diferente. Te limitas a visitarme en cada una de mis debilidades  adentrándote sigilosamente en mis quehaceres como en su día ya supiste hacer. Tu aroma persuasorio y tus diferentes bazas  las conozco, intentan volver a atraparme con falsos argumentos que por bien de unos y mal de otros, he logrado ya esquivar.

De manera que con otro cuerpo, otro nombre, otra excusa. Siendo ya pasado, y queriéndolo ser continuo. Con diferente rostro pero misma instancia. Os presento a lo que la gente llama “amor” y lo que yo, de momento, aun no se que nombre dar…

Para la persona que me inspira a escribir cada día, y sobretodo que me insta a ser feliz y a nunca perder la sonrisa. Gracias por hacérmelo todo mucho más fácil Chus... 

Sol